A ROMÁN MARCIAL RAMÍREZ, HOMBRE DE LUZ. “IN MEMORIAM”. Corresponsal obrera desde Cadiz

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Román era un hombre sencillo, discreto y tremendamente sencillo, como solo lo son las personas buenas y generosas de verdad. Para todos sus compañeros y compañeras del SAT en la provincia de Cádiz, él era, sencillamente, el compañero Román, de la UL de Chiclana. No necesitaba nada más, pero solo con eso, iluminaba los espacios donde estaba. Y es que, bajo esa piel de sencillez y discreción, habitaba uno de los hombres más fuertes y valientes que hayamos tenido la dicha de conocer quienes hemos compartido acciones y militancia junto a él.

A pesar de llevar casi catorce años luchando contra una leucemia pertinaz, tomó las riendas de su UL cuando más enfermo estaba, para evitar que esta cayese devorada por la crisis. Todo un ejemplo de generosidad, compromiso y responsabilidad del que gozamos en la Asamblea territorial de Cádiz y que tuvimos la oportunidad de agradecerle en vida, solo un día antes de que falleciese en el hospital Clínico de Puerto Real, mientras los nuestros ocupaban las Turquillas. Aún increíblemente lúcido, tras haber pedido a los médicos que cesasen las transfusiones y las dejasen para quienes las necesitaran de verdad. Nos sorprendieron su coraje y su entereza, pero sobre todo, su serenidad. “No existen los valientes, sólo las personas que aceptan ir codo a codo con su miedo”, cita en La sombra de lo que fuimos el escritor Luis Sepúlveda. Román había vencido al miedo, sabedor de que dejaba este mundo tras haber luchado por hacer de él un lugar mejor, a su familia convencida de su amor y de su suerte, su legado escrito –más de doscientos folios en los que vierte sus impresiones políticas- en manos de su hermano Jerónimo… Nos despedimos con un abrazo y un “mucha suerte, compañero” y él, emocionado, nos respondió, “también para vosotr@s”.

La despedida de hoy ha sido en un pequeño tanatorio de Conil, donde su cuerpo se ha transformado en cenizas con la misma sencillez de la que siempre hizo gala. Román fue durante toda su vida un luchador, un ejemplo a seguir de compromiso con la clase obrera pero también, como nos recordó una de sus compañeras de la UL de Chiclana, un convencido de la lucha por su tierra y, además, comunista. Por ello le hemos dado el último adiós cantándole, en la pequeña sala donde reposaba, el himno de Andalucía y la Internacional, junto a sus amistades y familiares más cercanos, entre los que estaban su madre Aurora, su mujer, Marisol y sus hijos, Román y Aurora.

Curiosos y coincidentes nombres los de su familia, hermosa y luminosa, como no podía ser menos, para nuestro inolvidable Román.

Captura de pantalla 2014-07-21 a la(s) 23.19.17Nuestro compañero y amigo. Nuestro Hombre de Luz.

Que la tierra te sea leve, camarada.

Corresponsal Obrera desde Cadiz.

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